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El Grupo de la Muerte es una frase acuñada en el deporte (fundamentalmente el fútbol) para definir la llave competitiva más fuerte de la primera fase de una competencia por equipos.
Cuenta la leyenda deportiva que fue creada por periodistas en el Campeonato Mundial de Fútbol de 1970, concretamente en Guadalajara, para describir un grupo conformado por cuatro potencias, Inglaterra, Brasil, la entonces Checoslovaquia y Rumania.
Cuarenta y siete años más tarde, y con relación a una especialidad deportiva muy diferente, la siempre amistosa Guadalajara le abre sus brazos a un Grupo de la Muerte en un Mundial.
México, Puerto Rico y Venezuela, conceptuados como tres de los fuertes candidatos a ir lejos en el Clásico Mundial de Béisbol, se unen a Italia para constituir un cuarteto del cual clasifican solamente dos.
Y pase lo que pase, por lo menos una potencia latinoamericana se va a quedar fuera del baile.
«Creo que es uno de los más difíciles», coincidió el dirigente de Venezuela, el otrora glorioso paracorto Omar Vizquel, al analizar para LasMayores.Com el citado Grupo ‘D’. «Los cuatro equipos, inclusive Italia, tienen muchos peloteros con experiencia en las Grandes Ligas».
A primera vista, Italia es la Cenicienta del grupo que estrena actividades el jueves en el hogar de los Charros de Jalisco.
Pero nadie puede descartar a la selección «azzurra», especialmente si se recuerda que dejó fuera del panorama a México en el 2013 y le estuvo ganando por 4-0 en la segunda ronda a la poderosa República Dominicana, eventual campeona de la tercera edición del certamen.
«Cualquier juego puede ser peligroso», advirtió Vizquel. «No podemos descuidarnos con el equipo italiano».
Vizquel está frente al timón de uno de los equipos más poderosos del Grupo ‘D’, con artilleros de la talla de Miguel Cabrera, José Altuve y Carlos González, y un súper abridor de la talla de Félix Hernández.
Sin embargo, Venezuela es a la vez una de las novenas sobre las cuales recae mayor presión porque, pese a ser una de las grandes potencias beisboleras del orbe, «le debe» aún una actuación respetable en el Clásico Mundial a sus millones de exigentes seguidores.
«La clave para nosotros lógicamente va a ser el bateo», expresó Vizquel. «Tenemos un equipo integrado por grandes toleteros. Le dan a la bola con frecuencia, no sólo de hit sino también de jonrón. Pueden cambiar el juego en cualquier momento.
«Creo que si el bateo está bien preparado el equipo va a llegar lejos», precisó el posiblemente futuro integrante del Salón de la Fama de las Grandes Ligas.
Como bien lo define Vizquel, el Grupo ‘D’ no va a ser una perita en dulce para nadie.
Dos de los archirrivales de Venezuela, Puerto Rico y México, se han armado hasta los dientes.
«Tenemos un mejor equipo en el papel que en el 2013, pero en aquella oportunidad ganamos el subcampeonato y ahora no hemos un jugado un partido todavía», es el sabio argumento del dirigente boricua, Edwin Rodríguez.
En otras palabras, los pronósticos deben quedarse en el baúl de los recuerdos una vez el umpire del plato cante el Play Ball.
Una combinación de súper veteranos, liderada por Carlos Beltrán y Yadier Molina, y jóvenes que ya se dan a conocer a paso estelar en la Gran Carpa, como Carlos Correa, Francisco Lindor y Javier Báez, hacen de Puerto Rico un hueso duro de roer, especialmente si se toma en cuanto que el elenco boricua tiene ahora mejor pitcheo que en el 2013.
El punto de vista del manager de México, Edgar González, es más realista todavía.
«Las expectativas son jugar duro, echarle ganas», subrayó González, que acentúa por doquier que «el rival más difícil es Italia, porque es el primero con el que vamos a jugar. Los veo [a los peloteros mexicanos] muy motivados, se ve que tienen energía». En otras palabras, hay que ir paso por paso.
Su propio hermano, el veterano primera base Adrián González, encabeza el equipo Tricolor, cuya mayor fortaleza es el pitcheo, especialmente el cuerpo de relevo.
Si impera «la lógica», dos equipos latinoamericanos pudieran salir del Grupo ‘D’ como su primer paso a una posible coronación en la final del 22 de marzo en Los Ángeles, mientras Italia trata de lograr sorpresas como las que le dio Israel a la poderosa Corea del Sur y a Taiwán en los dos primeros choques del Clásico Mundial del 2017.
No, no, el fabuloso Pelé no jugará esta vez en la maravillosa metrópoli de Jalisco, pero sí se va a disputar un Grupo de la Muerte, no en la cancha, pero en el apasionante mundo del diamante.