La Liga solo espera por su sentencia

Barcelona desperdició su enésima oportunidad de asaltar la cima de la liga española. Tenía todo servido para igualar al Real Madrid con 72 puntos y de incluso superarlo por el diferencial de goles.

Pero no fue así, los catalanes cayeron 2-0 en casa del Málaga con una de sus versiones más inoperantes de toda la temporada. Los jugadores de recambio no le rindieron frutos a Luis Enrique con André Gomes, Denis Suárez y Jeremy Mathieu que siguen siendo poco fiables cada vez que ven minutos.

Poco puede sacar ventaja del empate 1-1 en el derbi entre Real Madrid y Atlético de Madrid, en un compromiso que dominó el cuadro merengue casi de principio a fin pero la pizarra de Zinedine Zidane le jugó en contra, cedió el mediocampo que tenía atado a las intentonas colchoneras y al que le basó una genialidad de Antoine Griezmann a pase de Ángel Correa.

La jornada recién disputada se preveía como una de alto valor anímico. En Cataluña dejaron ir la oportunidad de fortalecerse y se queda con todo el viento en contra; mientras que en la casa blanca las cosas pintan de manera optimista pese a que podría ser todo mejor.

Con un juego aún pendiente frente al Celta de Vigo en Balaídos y con el Clásico a disputarse el 23 de este mes en el Santiago Bernabéu, el escenario no puede ser más alentador para el Real Madrid. Vencer en ambos significaría una ventaja de nueve puntos, algo que parece poco remontable para Barcelona.

Con los desafíos de Champions League de por medio hay otro punto que llama a la calma: la respuesta de los llamados «suplentes» de los blancos. Cada vez que Zidane tiene que echar mano de su banquillo el equipo encuentra versiones de calidad. James Rodríguez, Isco, Lucas Vázquez y Nacho tienen respuestas en los momentos de apremio.

Los jugadores de complemento le pueden resolver al Madrid los partidos que lucen más accesibles en La Liga como ante el Sporting de Gijón, Deportivo La Coruña, Granada o Málaga para dosificar las cargas físicas del plantel de cara a la recta final de la temporada.

Los merengues vivieron un sábado movido. Pasaron de la exaltación por la victoria parcial, a la desazón del empate, la preocupación por el rival directo y el alivio por su pifia en La Rosaleda. Pero lo terminaron con una certeza: el título está cada vez más cerca.

En el impredecible fútbol, Real Madrid debe cumplir lo que le queda para romper la sequía que los acompaña desde la 2011/12, la segunda campaña de José Mourinho y sería Zizou el encargado de dar la alegría que no pudieron otorgar Carlo Ancelotti pese a su gran trabajo, ni mucho menos Rafa Benítez.