El ciclo Luis Enrique dejará un vestuario tocado

Barcelona mostró una cara que dista mucho a la de sus años recientes de éxitos y dominio en el fútbol mundial. Juventus dejó en evidencia que el equipo de Luis Enrique, que al finalizar la temporada dejará el banquillo culé, no tiene la conexión de otrora.

La pesadilla de la ida en los octavos de final frente al PSG se repitió en Turín, esta vez en los cuartos de final. La situación luce más complicada para los blaugranas que necesitan -al menos- tres goles frente a los italianos que en toda  la Champions League solo ha encajado un par de tantos.

Y más allá de lo numérico, hay un evidente quiebre emocional en el equipo. La desconexión de la plantilla con el cuerpo técnico parece, cada vez, más evidente.

Y así lo dejó a entrever el técnico de los catalanes.  «He revivido una pesadilla. Una sensación lamentable», dijo tras el contundente 3-0 encajado y, en esta ocasión, no dudo en señalar a los jugadores: «La primera parte ha sido nefasta, hemos regalado dos goles», puntualizó.

Al contrario de al final del partido en París, cuando sobraron mensajes de optimismo pese a las complicaciones, las esperanzas de darle vuelta al marcador son casi nulas. «Ahora estoy de luto, me cuesta mucho más creer en una remontada».

El ánimo de los jugadores se notó con un simple gesto al finalizar el juego: no hubo atención a la prensa. El ambiente cada vez está más tenso.

En una misma semana, Barcelona parece haber resignado sus oportunidades de alzarse con la Liga y la Champions. En todos los escenarios, menos en el de la Copa del Rey, el escenario es totalmente cuesta arriba.

Luis Enrique, además, mostró nula confianza en gran parte de su plantilla al solo darle ingreso a André Gomes para voltear la pizarra ante Juventus. Jordi Alba, Paco Alcácer y Denis Suárez no tuvieron la oportunidad.

El entrenador asturiano, que en algunas estadísticas superó el dorado ciclo de Josep Guardiola, tiene su marcha decidida y al menos que no enderece las cosas muy a su favor se irá por la puerta de atrás y dejando un vestuario tocado, luego de acostumbrarse a los mayores éxitos.