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Real Madrid ha sido denominador común en dos de las tres finales de Champions League que se han jugado en territorio británico pero fuera de Inglaterra. En condiciones similares consiguieron su quinto y noveno trofeo en la máxima competición europea.
La primera de estas citas se dio en la temporada 1959-60 con el equipo merengue enfrentando al Eintrach Frankfurt en el Hampden Park de Glasgow, Escocia. Los españoles tuvieron un desempeño arrollador con dos míticos en plan estelar: Ferenc Puskas anotó cuatro goles y Alfredo Di Stéfano tres para liderar a los suyos a un impresionante 7-3.
En ese momento fue la quinta copa consecutiva para el Real Madrid con una generación mítica que empezó a labrar la leyenda del equipo que terminaría siendo el mejor del siglo anterior. Además, hasta la fecha, este es el marcador más abultado en una definición de Europa.
También en Glasgow, en el mismo escenario, los blancos alzaron su novena Champions con Zinedine Zidane, ahora director técnico, como héroe. Allí fue su histórica volea con la que vencieron 2-1 al Bayer Leverkusen.
Raúl los había adelantado al minuto ocho y Lucio igualó poco después hasta que apareció la magia de Zizou.
La única vez que el Madrid no jugó una final británica fuera de Inglaterra fue en 1976 con el Bayern Munich venciendo 1-0 al Saint Etienne.
Los merengues tendrán la oportunidad de alargar este dominio, ahora en Cardiff, cuando enfrente el 3 de junio a la Juventus en búsqueda de la Duodécima copa europea.