Paulo Orlando (Kansas City Royals) es uno de los pocos brasileños que ha jugado en las Grandes Ligas. Actualmente hay tres atletas de ese país en la MLB: Orlando más el catcher Yan Gomes (Indians) y el lanzador Luiz Gohara (Braves). Orlando, quien juega en los jardines, ha sido el más destacado del país carioca y formó parte de la escuadra de los Royals que ganó la Serie Mundial en 2015.

En los Pirates hay un jugador en el roster de 40 que viene de un destino exótico para el béisbol. Se trata de Gift Ngoepe, pelotero nacido en Suráfrica, y quien fue firmado por Pirates en una academia de MLB en Italia. Se convirtió en el primer negro africano en jugar en las mayores cuando subió este año con Pittsburgh para disputar 28 partidos. Ngoepe juega en segunda, campocorto y tercera base.

Otra de las nacionalidades raras de jugadores en la MLB es la australiana. Entre los pocos jugadores nacidos en el país continental está el lanzador Warwick Saupold, de los Detroit Tigers. Además, hay otros dos pitchers del país de Oceanía en la MLB: Peter Moyland (Royals) y Liam Hendricks (Athletics). Saupold es un relevista de los Tigers que ha tenido una buena campaña en 2017.

Uno de los abridores de los Athletics en 2017 es un nativo de las Islas Vírgenes Estadounidenses. Su nombre es Jharel Cotton, uno de los tres peloteros que nacieron en Saint Thomas, la capital de esa nación caribeña, que está en las mayores. Los otros dos han subido y bajado en la campaña: Akeel Morris (Braves) y Jabari Blash (Padres), pero Cotton se ha mantenido consistente en la gran carpa.

Otro grandeliga de un país poco común es el lanzador de los Pirates, Dovydas Neverauskas, quien nació en Lituania, un país de Europa oriental. Neverauskas ha sido parte del cuerpo de pitcheo de los bucaneros en la campaña y es el primer jugador de béisbol de ese país en llegar a la MLB.