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El finlandés Kimi Räikkönen llegó pisando fuerte al mundo de la Fórmula 1 y en su paso por el equipo McLáren ssustituyó nada mas y nada menos que a Mika Hakkinen. Un piloto callado, con un carisma ante las cámaras y público algo frío, razón por la cual fue bautizado como «el hombre de hielo«.
Dotado de un talento que lo coloca junto a los mejores, fue uno de los mas competitivos en la década del 2000. Específicamente en el año 2005, protagonizó una de las mejores batallas contra Fernando Alonso, cuando el español era piloto de Renault.
Con el pasar de los años, Räikkönen llega a la Scudería Ferrari para reemplazar al mas laureado de los pilotos: Michael Schumacher. De hecho, en su debut con el equipo italiano hizo que los tifosi olvidaran al piloto alemán ganando la primera carrera de la temporada, el GP de Australia.
De hecho, la estadísticas señalaban que el piloto que ganaba en Australia terminaba ganando la temporada y ese 2007 no fue la excepción. Kimi Räikkönen terminó llevandose el campeonato en la última carrera de la temporada, el GP de Brasil. Para esa carrera el finlandés llegaba tercero en la tabla de posiciones y solo una hecatombe le daría la oportunidad de titularse y así sucedió, gracias a un error de un debutante Lewis Hamilton y su mala relación con Fernando Alonso, pareja de pilotos que tiraron por la borda el campeonato de ese año, sumado ademas con los problemas de espionaje que le quitaron los puntos a McLáren. Definitivamente un año para el olvido.
Tras su primer y único título en la máxima categoría, hasta la fecha, podríamos decir que comienza el descenso de su rendimiento. En el 2008 fue superado por su compañero de equipo, el brasileño Felipe Massa. Luego de eso, llega a Ferrari el español Fernando Alonso y Kimi se ve obligado a «retirarse», tomandose un año sabático y aprovechando la oportunidad de incursionar en los rallies.
Ya es historia reciente su regreso a la Fórmula 1, de la mano del equipo Lotus, con el que logró un récord personal de podios consecutivos, llegando a imponerse nuevamente en la carrera debut, el GP de Australia.
Esos buenos resultados se hacen esquivos desde su nueva aventura con Ferrari y muchos señalan que ya no tiene sed de victoria. Obviamente el Iceman se ha tomado un minuto para negar rotundamente que eso sea así. «No estaría aquí el próximo año si no tuviese ganar de ganar. Me gusta correr. No sería tímido para decir que es la única razón. Quiero estar en F1. Mientras siga con hambre, será la razón por la que daré lo mejor de mí».
Se viene una nueva temporada, que parece lejana, pero no lo es tanto. Otra oportunidad para que demuestre si aún tiene lo necesario para conservar su asiento en la Scudería y, lógicamente, dentro del mundo de la Fórmula 1.