Your cart is currently empty!
Michael Jordan, arribó a su quincuagésimo quinto cumpleaños, en un fin de semana en el que, justamente, se celebran a las actuales estrellas de la NBA. Día propicio para felicitar al mejor de todos los tiempos de este deporte.
MJ, ganó seis anillos con los Chicago Bulls y dejó promedio de 30,1 puntos por partido de por vida, siendo el mejor registro en la historia de la liga. Además, en su casa reposan 10 títulos de máximo anotador y 5 trofeos MVP de temporada regular. Las Finales fueron siempre suyas, en todas las que ganó, fue nombrado el Jugador Más Valioso. Con la selección de los EEUU consiguió dos medallas olímpicas.
En lo que respecta a los All Star Game, que precisamente tendrán una nueva edición este domingo en Staples Center de Los Angeles, tuvo 14 participaciones, ausentándose únicamente en el año 1986 por una lesión.
Jordan, se retiró prematuramente en 1993, asegurando que ya no disfrutaba del juego como antes, pero, todos sabemos que la muerte de su padre fue lo que influyó en esa decisión. Inmediatamente, tomó un bate de beisbol para cumplir una promesa a su fallecido padre de jugar este disciplina profesionalmente.
“He vuelto”, esa fue la frase que utilizó MJ para anunciar su regreso a la NBA en 1995, luego dos años infructuosos en el beisbol triple A y con una breve pasantía en la MLB. El regreso fue espectacular, sumando tres campeonatos consecutivos entre 1996 y 1998.
Air Jordan, se retiraría finalmente en los Washington Wizards en 2003, luego de 13 trece temporadas. En 2009, como era de esperarse, fue exaltado al Salón de la Fama de la NBA. La cadena ESPN le nombró Mejor Atleta del Siglo XX. El expresidente Barack Obama, le entregó en 2016, la Medalla de la Libertad por sus proezas en el deporte estadounidense.
En la actualidad, es copropietario y accionista mayoritario de los Charlotte Hornets de su natal Carolina del Norte.
Michael Jordan se elevó por encima de todo lo que habíamos conocido, en el fondo y en las formas. Ganó partidos y campeonatos, batió récords y conquistó el corazón del aficionado que era feliz viéndole jugar.
Ofició ese papel como héroe universitario y como icono de la NBA, donde inicio una dictadura con tres títulos. Cuando no se atisbaba rival se le ocurrió retirarse. Un año después, reinventado, volvió a la competición con menos vuelo y más hambre para conquistar otros tres títulos y decir hasta luego.