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El primer partido de la gran final de 2018 no sólo no decepcionó a nadie sino que superó cualquier expectativa prevista. Los Warriors sufrieron lo indecible para llevarse el partido en la prórroga ante unos Cavs guerreros que tuvieron en LeBron a su comandante en plan Leyenda. Curry estuvo a gran nivel (29+6+9) y fue acompañado por momentos por un Durant un tanto irregular con malas selecciones en el tiro (26+6+9), y por un gran Klay Thompson (24 puntos) en los momentos decisivos (entre Klay y Step anotaron 10 triples). La aportación de los tres, unido a una gran defensa y a la gestión de los minutos en la prórroga, pudieron tumbar al Emperador James y su banda de acompañantes, entre los que sólo destacó Kevin Love con 21+13. Los Cavs desaprovecharon la oportunidad de dar el primer golpe, los errores, mentales pasaron factura, y ya se sabe que, quien golpea primero, lo hace dos veces.
¿Qué hizo, J.R. Smith?
A falta de 47 segundos, los errores mentales llegaron, Golden State vencía por uno, y George Hill disponía de dos tiros libres. Anota el primero y la presión le hace errar el segundo. Ese rebote valía al menos como 10 bitcoins, y por allí apareció JR Smith para rebañarlo, dentro de la zona (no fue un rebote largo) y con únicamente Kevin Durant entre él y el aro. De repente, ante el asombro de todos, decide huir de allí como un ladrón con el botín entre sus manos, como un gato con el filete de encima del banco, en lugar de tratar de anotar la canasta que lo erigiera como el héroe del primer partido (Lebron mediante). Cuando casi había llegado al medio campo en dirección contraria, un puñado de brazos se movían como los de los agentes de tráfico, indicándole la dirección correcta y que tratara de meter la pelota en el aro, que es de lo que trata esto… Pero ya fue tarde y el crono llegó a cero, por lo que tocaba tiempo extra. Inicialmente se pensó que podía estar pidiendo tiempo muerto y que no quedasen, pero no era así. Luego, Tyron Lue confirmó que JR creía que ganaban por uno, por eso se creía vencedor únicamente con la captura del rechace. En definitiva, un instante tragicómico que ya ha pasado a la historia y quedará como uno de los errores más groseros de la historia de las finales.
Tiempo Extra
En el tiempo extra, después de los errores mentales de los Cavs, Golden State, que estiró las ventajas durante diversos momentos del partido, sobre todo al inicio del tercer cuarto y un parcial de 10-3 para el 66-59, revivió. Aliviado por haber salido con vida del envite, regenerado por la prórroga que le había dado J.R. Smith, el plantel de Steve Kerr saltó a los cinco minutos adicionales dispuesto a cerrar el asunto. Un 7-0 de parcial y 114-107 enterró las ilusiones de los Cavaliers, que sabían ya que su momento había pasado. Y quizá medias Finales. Hay instantes que pueden marcar series y posiblemente el de J.R. sea uno de ellos. Las ostentosas celebraciones de Golden State, antes y durante la trifulca final que acabó con Tristan Thompson expulsado, y capitaneadas, cómo no, por Draymond Green, pueden sonar excesivas para un equipo que casi se ahoga y que no parece tan sobrado, tan superior, como todos los pronósticos indicaban antes del primer partido. Y claro que esto puede terminar 4-1 o 4-0 para Golden State, pero esta agonía no entraba en el guion de muchos.
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