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LeBron James es el mejor del mundo y quizás el mejor de todos los tiempos. Pero en el Juego 3 del miércoles, no había ningún jugador en la tierra mejor que Kevin Durant, ya que los Warriors tomaron el Juego 3 110-102 sobre los Cavaliers y ahora los ponen en jaque de 3-0 en las Finales de la NBA.
Cada vez que los Warriors necesitaban un punto, Durant lo consiguió. Cuando Stephen Curry se metió en problemas de faltas y Klay Thompson no pudo conectar, Durant dio un paso al frente. Cuando James lanzó un callejón para sí mismo, Durant encabezó un regreso de 14 puntos.
Nadie fue mejor que Durant el miércoles y es difícil de negar. El jugador de 29 años terminó con 43 puntos, 13 rebotes y siete asistencias, mientras que convirtió 15 de 23 tiros.
James hizo su parte publicando su décimo tercer doblete de la NBA con triple-doble de la NBA. También contó su 110mo partido de desempate de 30 puntos en su carrera, que superó a Michael Jordan por más que nunca. Sin embargo, esas fueron notas al pie de la página de Durant el miércoles y los Warriors están a punto de obtener su tercer título en cuatro años debido a eso. Terminó con 33 puntos, 11 asistencias y 10 rebotes.
El alero de los Cavaliers, Rodney Hood, finalmente tuvo su oportunidad en la final e hizo que cada segundo fuera importante. Terminó con 15 puntos y seis rebotes en 7 de 11 disparos en la noche.
El alero de los Warriors Jordan Bell puso buenos minutos defensivos sobre LeBron James, los tableros y también en el lado ofensivo. Tuvo 10 puntos y seis rebotes en 4 de 5 lanzamientos desde la banca.
Apenas un juego después de establecer un récord de la NBA con nueve triples anotados en una final de la NBA, Curry terminó con 11 puntos en 3 de 16 disparos y fue 1 por 10 desde el rango de 3 puntos.
Hoy, cuarto y ¿último? partido de las Finales. En Cleveland, que peleará por no ser barrido, por no cerrar todo esto con un 4-0 que, al menos por la entrega mostrada, sería algo injusto. Pero a poco más parece que pueda aspirar este grupo. Ni entregándose con todo dan más de sí. El tren pasó seguramente en el Game 1 y LeBron lo sabía. “Fue una de las derrotas más duras de mi carrera”. Luego llegaron Curry un día, Durant otro, y la lógica se impuso, se impone y presumiblemente se impondrá. Quizás no hoy, pero los Warriors volverán a ser campeones de la NBA. Y sí, lo merecen. Sin discusión. Y sin matices.
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