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Golazos definitivos, desempeños notables, lesiones largas y polémicas. Así ha sido el paso de Gareth Bale en el Real Madrid, un jugador con altas expectativas desde su llegada proveniente del Tottenham en la que prometía ser el escudero perfecto de Cristiano Ronaldo.
Sin embargo, la sombra de la duda ha sido algo habitual para el potente extremo en los últimos tiempos. En cada ventana de traspasos, su nombre es uno de lo que más suena para marcharse del conjunto merengue.
Y si algo faltaba para abrirle las puertas de la casa blanca, el propio jugador manifestó sus prioridades a la hora de qué camiseta representar. «Está claro que me emociona más jugar con Gales que con el Madrid«, dijo recientemente.
«Conozco a la mayoría de mis compañeros desde que teníamos 17 años. Es como jugar con tus amigos un domingo en el parque. Es normal. Aquí hablo mi propio idioma y me siento más cómodo», añadió previo a la actual fecha FIFA.
¿Por qué es tan evidente la falta de felicidad de Bale en el Real Madrid? Pareciera que pese a sus momentos de importancia, el galés siempre ha estado un paso por detrás de quienes más brillan, el paso adelante para asumir el liderato y su evidente sensación de no estar en casa.
El delantero tiene todo para marcharse como una leyenda merengue. Tiene los números, los títulos y la aparición en momentos definitivos pero su cabeza luce en otro lado. Son todas las señales de un fin de ciclo.
Hoy por hoy, Bale es más un dolor de cabeza para Zinedine Zidane que una certeza. Aún es una opción más que interesante para un equipo que quiera luchar por cosas importantes, su talento jamás está en duda pero si quiere parecer el talento que en realidad es, su futuro debe ser lejos del Real Madrid. Este el momento justo.
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