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El Clásico entre Barcelona y Real Madrid no dejó goles pero sí muchas conclusiones que, a pesar del 0-0 del resultado en el Camp Nou, se hacen notar por el trámite del compromiso.
La primera saltó a la vista, especialmente en el primer tiempo: los merengues se encuentran en un mejor estado futbolístico, Zinedine Zidane ha ido aplacando las dudas con las que comenzaron la temporada y están en su curva ascendente.
Los blancos mostraron uno de sus mejores rostros de la campaña, quizá comparado con el segundo encuentro por Champions League frente al PSG. Coincidencia o no, en ninguna de sus presentaciones más llamativas pudieron ganar.
Real Madrid, sin duda, salió favorecido del Clásico. Pero no sacarle diferencias a un Barcelona que dependió exclusivamente de la genialidad de su tridente no es la mejor de las señales.
No hacen clic
La ofensiva madrileña está a deber. Si Karim Benzema no ve arco, al resto del equipo parece cerrársele y a pesar de la superioridad en el trámite no fue un vendaval ofensivo pues solo acertaron cuatro disparos al arco y ninguna de las tres intervenciones de Marc André ter Stegen fue realmente providencial.
Pese a todo eso, los catalanes tuvieron oportunidades claras también de ponerse en ventaja y la exigencia sobre Casemiro y Federico Valverde, volantes de primera línea, fue alta. La cumplieron con creces y eso los hizo los mejores del compromiso. Hay algo en el ataque de los de Zizou que no termina de hacer clic.
Y que Real Madrid, con todo y sus peros, haya logrado tener contra las cuerdas al Barcelona por un buen tramo del Clásico habla de lo poco que ha podido hacer Ernesto Valverde para dar pasos hacia adelante.
También parece difícil pensar, a estas alturas de la temporada, que algunos de los dos equipos pueda reinar en Europa. Pero eso queda en palabras en un deporte en el que lo impredecible está a la orden del día.
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