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Robo de señas ilegal o esteroides.
El béisbol está viviendo uno de los mayores escándalos de su historia con el robo de señas ilegal de los Houston Astros en 2017.
Práctica que supuestamente se extendió un año después a los Boston Red Sox de la mano del mánager Alex Cora.
Sin embargo:
La MLB los está investigando.
El caso le costó al gerente general y al manager de los Astros, Jeff Luhnow y A.J. Hinch, respectivamente, a Cora en los Red Sox y a Carlos Beltrán en los New York Mets, equipo con el que no llegó a dirigir ni un juego.
La envergadura del escándalo ha sido tal que algunos buscan similitudes con la de:
Los Chicago White Sox de 1919.
Cuando ocho de sus jugadores vendieron a los apostadores la Serie Mundial ante los Cincinnati Reds.
Entonces, aquí en Hispanic Sports Media nos preguntamos:
¿Es peor el robo de señas ilegal o la utilización de esteroides?
Ambos casos son deplorables y sancionables.
Pero, las consecuencias son distintas.
Robo de señas ilegal o esteroides:
Esteroides
Barry Bonds, Roger Clemens y Mark McGwire, fueron tres de los principales que hicieron uso de esteroides.
Los esteroides y hormonas de crecimiento humano (HGH) no hace mejor bateador a quien nunca fue bueno.
Barry Bonds, con o sin esteroides, ha sido uno de los mejores bateadores.
El asunto de las sustancias prohibidas es que amplían la capacidad de trabajo en el gimnasio, retrasan la fatiga y permiten mayores repeticiones con las pesas, lo cual hace que el atleta sea más fuerte, con una mayor masa muscular.
El problema es que el uso de esos fármacos sintéticos causa daño orgánico.
Muchas veces irreversible.
Aparte de brindar una ventaja considerable.
Encima de ello, esta epidemia creó un problema social que se expandió más allá de las ligas Mayores y Menores.
Robo de señas ilegal
El fraude del robo de señas no garantizó en un 100 por ciento el triunfo de Houston en la Serie Mundial del 2017.
Bastaba con que Dave Roberts, el mánager de Los Angeles Dodgers, hubiera dirigido aceptablemente uno solo de los siete juegos del Clásico de Otoño y de nada le hubiera valido a los Astros su trampa.
Por otro lado, es humanamente imposible descifrar con exactitud cada seña del receptor y en cuestión de dos o tres segundos enviar la señal de la cámara al cuarto de video, de ahí al dugout y luego golpear el bote de basura con el que se transmitía al bateador en turno el envío que vendría.
Alguna que otra vez debió salir bien, pero no en todos y cada uno de los lanzamientos.
Aun así, avisado, pegarle bien a una recta de 100 millas por hora o dejar pasar un envío de quebrado que, por supuesto puede caer fuera de la zona, no es nada fácil.
Desde que se creó el béisbol, los rivales han tratado siempre de descifrar las señas.Como parte de la picardía del juego, pero lo que hicieron Houston y supuestamente Boston con la ayuda de la tecnología, viola los principios éticos y la integridad del deporte.
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