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Julio Cesar Chavez o mejor dicho, el gran campeón mexicano, dejó un legado imborrable para todos los fanáticos del boxeo y en especial en México. Sus 107 victorias en 115 combates suenan inalcanzables, campeón en 3 divisiones diferentes e incontables defensas de títulos mundiales. Un peleador hecho y derecho. Pero al final de su carrera, el 28 de Mayo del 2005 en Los Angeles, California, dejó una frase que hoy deseamos que no hubiera dicho. “Gracias por ese amor, por ese cariño, y les dejo a mi hijo. Él va a seguir los pasos míos”. Desafortunadamente el junior no llenó los zapatos del papá, no respeto los procesos y ahora se encuentra en grandes problemas.
Un inicio sin dirección
Desde sus principios Julio se vio implicado en peleas turbulentas con finales inesperados. No estoy declarando que hubo amaños en los encuentros pero definitivamente los resultados en sus primeras 20 peleas fueron cuestionables. Siempre se vio envuelto en polémica y lo demuestra su historial como boxeador. En el 2008 después de su pelea ante Troy Rowland, Chavez fue suspendido por usar un diurético que lo ayudo a llegar a las 160 libras. Luego en el 2012 contra Maravilla Martinez dio positivo por cannabis y fue suspendido y destronado de los pesos medianos. Pudiéramos decir que ese fue el inicio de los problemas para el junior. Su pelea ante Sergio Martinez afecto su conexión con los aficionados del boxeo y su decadencia empezó. Su relación con entrenadores es constantemente atacada por su ego, y eso que ha pasado por grandes manos del boxeo como Freddie Roach y Nacho Beristain.
Fue algo injusto completamente. Yo me hice todos los doping, en todos salí negativo. Nada más en uno que llegaron al gimnasio, no sé cómo sabían que ya había llegado de Tijuana y no me enseñaron el contrato y fue por lo que se hizo la difamación. Me trajeron en una difamación que hasta cinco días antes de mi pelea, decían que no iba a pelear, pero he estado al 100 por ciento.
Hoy Chavez es suspendido indefinidamente por faltar a la prueba de antidoping ante Daniel Jacobs. Su legado se vuelve a manchar y el retiro se acerca cada vez más en los ojos del junior. Aunque apele la decisión, no se ve pronto su regreso en el encordado. Hoy Julio debe de dar la cara y enfrentar sus demonios como lo hizo su padre, hoy Julio debe de demostrar que es un Chavez.
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