Nadia Podoroska, raqueta número uno de Argentina en el ranking WTA, volvió al top-100 tras un año y medio. En su camino de regreso a la élite después de las lesiones que le apartaron 10 meses de las pistas, la argentina sumó su primer título WTA 125, volvió a obtener victorias en los cuadros principales del Australian Open y Roland Garros. Y mantiene un enfoque claro: “Disfrutar del proceso sin importar el resultado”.
En HSM conversamos con ella, en el marco del BBVA Open Internacional de Valencia, torneo de categoría WTA 125 donde sumó su cuarta semifinal del año.
«No sabía cuando iba a volver a jugar al tenis».
La rosarina causó furor en 2020 al alcanzar las semifinales de Roland Garros. Con la irrupción, además de cautivar a una Argentina añorante de referencias femeninas en el tenis, se metió entre las mejores cincuenta del mundo.
Por lo que en 2021, disputó torneos de élite. Alcanzó su mejor ranking WTA (36) y aunque empezó a enfrentar dolencias que le impidieron lograr la regularidad deseada, también tuvo picos altos y remarcables. Como la victoria sobre Serena Williams en Roma, que recuerda como el partido inoldidavle de su carrera, y las semifinales en dobles de Roland Garros.
Inmersa en la nueva dinámica, el cuerpo le dijo basta. Los fantasmas de las lesiones que ya le habían dejado fuera 7 meses entre 2017 y 2018, volvieron a aparecer. La argentina resistió hasta el US Open de aquel año.
A una tendinopatía proximal en el isquiosural derecho que fue difícil de identificar, se le sumó un edema óseo en el pie y un problema hormonal. Fueron diez meses de trabajo e incertidumbre, que describió en entrevista para HSM:
«La recuperación fue muy dura, sobre todo por la incertidumbre de no saber cuando iba a volver a jugar al tenis. No sabía cuánto tiempo iba a tomar. Surgieron otras lesiones en el medio, pero siempre estuve ahí, encontrando la manera de poder estar activa y moverme”.
El apoyo de los suyos, familia y equipo, la mantuvieron de pie durante el proceso. Sumado a una firme convicción de regresar. Una vez lista, un nuevo desafío se veía en el horizonte: volver a la élite del tenis.
Regreso y buenas sensaciones: “Creo que recién ahora estoy volviendo a encontrar ese nivel y ahora toca mantenerse”.
Regresó al circuito en junio pasado para disputar la qualy de Wimbledon, y a partir de allí, no ha parado de luchar por un lugar al más alto nivel. Sumando partidos y confianza desde el circuito ITF y WTA 125. A principio de año superó la primera ronda del Australian Open y ganó su primer título WTA 125 en Cali:
“Fue una semana muy emocionante, porque venía con muchos cambios. Venía de cambiar mi equipo de trabajo y estaba como en una etapa nueva de mi carrera, en medio de una mudanza. No esperaba ganar el título, fui de menor a mayor, y dejar todas esas cosas fuera de la pista, fue el mayor desafío”.
París, un objetivo alcanzado
Al cambiar de superficie, emprendió junto a su equipo el objetivo de entrar directo al cuadro principal de Roland Garros, y lo logró. En París, venció en primera ronda a Jessica Ponchet, y luego cayó ante la posterior finalista Carlina Muchova. Con todo, le quedaron sensaciones positivas.
“Llegué a París con un gran nivel de tenis. Me quedó una muy buena sensación y ahora mismo mi idea es seguir trabajando día a día, seguir encontrando mi nivel de juego”.
Tras Roland Garros, volvió al top-100 del ranking WTA por primera vez en un año y medio, acualmente ocupa el puesto 86. Después de acceder a cuatro semifinales en 2023, se mantienen encaminada hacia su objetivo, sin perder de vista el presente.
Sobre el tenis femenino: “Hasta cierto nivel los recursos son escasos”.
Además de charlar sobre su buen momento, Nadia nos puso en contexto sobre lo difícil que es surgir como tenista en Sudamérica, y la enorme brecha que aún existe respecto al circuito masculino.
A diferencia de los deportes de equipo, el tenis, tan individual como se ve en pista, también exige fuera de ellas. Si la apuesta es alcanzar un mayor nivel, también se requiere mayor inversión, y con ello, un mayor equipo de trabajo: entrenadores, fisio, kinesiólogo, psicólogo, y más.
“Cuanto más ingresas, más puedes invertir y mejor te puede ir, pero hasta llegar a un cierto nivel los recursos son escasos, y te tienes que limitar, a veces, a viajar sin entrenador aunque tu rendimiento no sea el mismo. Si no estás dentro de las 100 del mundo, esto es muy difícil de hacer”.
ATP y WTA son dos asociaciones diferentes, la distribución de torneos alrededor del mundo y el prize money de estos, varía. Por lo que para las tenistas sudamericanas, conseguir puntos y escalar posiciones en el ranking a través de torneos IFT y WTA 125, es mucho más difícil que para los hombres.
“En hombres, reparten mucho más dinero en los torneos chicos. Un hombre que está en 150 tiene bastante mayor ingreso que una mujer en ese rango. En Sudamérica hay un montón de torneos a nivel Challenger, y permite que los jugadores masculinos no tengan que emigrar a Europa a tan temprana edad o tantas veces en el año para ascender en el ranking, hoy tranquilamente pueden estar entre los 150 mejores sin salir de Sudamérica. Eso es algo que en el tenis femenino todavía no pasa” – Explicaba Podoroska.
Llevando sus palabras a cifras, el Challenger Tour (circuito intermedio al ATP Tour, y equivalente a la WTA 125 K series) dispone en su calendario de 2023, veintitrés torneos repartidos por Latinoamérica. Diferencia abismal al ser comparado con los dos campeonatos WTA 125 planificados en Latinoamérica esta misma temporada.
Su lema de vida: “Disfrutar el proceso sin importar el resultado”.
Una frase que se repite en los perfiles de Nadia, y que lleva como lema de vida. En el tenis, las condiciones de juego cambian semana a semana, eso, contando que con ello cambian también las superficies.
La rosarina enfrenta el reto con la apuesta en el presente, en el trabajo diario.
“A veces es difícil centrarse en el presente con todas las cosas que tenemos que hacer. Lo que mejor resultado me da es tratar de disfrutar el día a día y dar lo mejor de mí en estas 24 horas”.
¿Lo que sigue para Nadia? En el presente, logró su cuarta semifinal del año en Valencia. Y en el futuro cercano tiene como objetivo adaptarse a la hierba de la mejor manera. El cupo en el cuadro principal de Wimbledon ya lo tiene asegurado.
La rosarina ya sabe lo que es renacer. Ahora, va día a día, agrandando paso a paso la ilusión y su nivel de tenis. Después de todo, su fuerte convicción ya ha dejado claro que va por más, Nadia no tiene límites.
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