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Este domingo se celebró en New York una nueva inducción al Salón de la Fama de Cooperstown, donde dos ex peloteros tuvieron la oportunidad de celebrar junto a sus familiares el mayor premio individual que sella el haber tenido una carrera plena de éxitos. Scott Rolen y Fred McGriff, tras algunos años de espera, son los nuevos inmortales del béisbol de la MLB.
Rolen esperó seis años y por fin se le dio
A pesar de no haber dejado los mejores números para un jugador de la tercera base, Scott Rolen marcó una época con los Cardinals, donde pudo mostrar su mejor versión y con quienes pudo salir campeón en la Serie Mundial de 2006.
Scott, que obtuvo 76.3% para superar el 75% mínimo requerido en las últimas votaciones, dejó promedio ofensivo vitalicio de .281 con 316 jonrones y 1287 carreras impulsadas en 17 temporadas.
En su palmarés nos encontramos con un premio a Novato del Año, siete Juegos de Estrellas, ocho Guantes de Oro y un Bate de Plata.
Rolen superó en las boletas a Todd Helton (72.2%), Billy Wagner (68.1%) y Andruw Jones (58.1%), los otros tres candidatos que mejor porcentaje tuvieron en las votaciones del pasado enero.
El ex Phillies y Reds había recibido el 63.2% de los votos en 2022, y finalmente tras seis años de espera formando parte de las boletas, pudo lograr su inmortalidad en la pelota americana.
McGriff también quedará grabado en Cooperstown desde hoy
A diferencia de Scott Rolen, el ex primera base nacido en Florida consiguió entrar al HOF por la vía del Comité de Jugadores Contemporáneos el pasado mes de diciembre, de manera unánime, luego de salir de la boleta de escritores en 2020.
Fred McGriff jugó 10 años en la Liga Americana y otros 10 en la Liga Nacional. Vistió los uniformes de los Rays, Braves, Blue Jays, Padres, Cubs y Dodgers.
En 19 temporadas, dejó promedio ofensivo de .284 con 493 cuadrangulares y 1550 rayitas remolcadas, además de un slugging para nada despreciable de .509 puntos.
McGriff asistió a cinco Juegos de Estrellas siendo MVP en uno de ellos, ganó tres Bates de Plata y ganó la Serie Mundial de 1995 con Atlanta.
¿Meritoria la inducción a Cooperstown?
En cuanto a Rolen, las votaciones y sus contendores parecían señalar hacia que no entraba nadie finalmente este año. Números buenos, sin caer en lo excepcional, los de Scott, que no marcó época ni mucho menos en la MLB.
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Por otra parte, lo de McGriff es un tanto irónico, dado que no pudo entrar en las boletas de escritores, pero ingresó con todos los votos en el Comité de Jugadores Contemporáneos.
Lo cierto es que ambos quedaron grabados para siempre en este salón magno de New York, por lo que tanto ellos, como su legado, quedaron inmaculados para la posteridad.
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