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Los duelos entre Barcelona y Villarreal siempre suelen ser atractivos por el juego que históricamente que suelen hacer ambos, por eso y por los goles. Pero esta temporada los dos están en horas bajas, en el caso del Barcelona aún maquillado por seguir vivos en Champions. Pero en Liga empieza a parecer utópico que la ganen. Pese al mal momento de ambos seguía siendo presumiblemente un duelo de goles… Pero por lo mal que están defendiendo ambos equipos este año.
Sólo una de las partes ofreció la lluvia de goles, ya que el primer tiempo estuvo marcado por un ritmo de juego soporífero especialmente por parte de los culés. Cuando los barcelonistas imprimen esta anestesia de juego improductivo a los partidos suelen salir mal parados.
Hoy no iba a ser menos, ya que en medio de ese ritmo de entreno, el Villarreal aprovechó una de las escasas ocasiones que habían tenido para marcar el 0-1 a través de las botas de Gerard Moreno, pero el tanto fue anulado por fuera de juego de Sorloth. El eterno torpedo del submarino amarillo no se dio por vencido y pocos minutos después volvería a marcar, esta vez si subiría al marcador y en estas el partido llegaría al descanso.
Segundo tiempo en el que se desata el tsunami de goles
La segunda parte comenzó con un Barcelona que recibía el segundo golpe que le mandaba a la lona. Los castellonenses endosaban el 0-2 con gol de Akhomach, precisamente un canterano culé. La debacle estaba servida pero el Barcelona tuvo un arreón de pundonor y se reactivó. Los culés volvieron de su letargo y parecieron entender que si perdían hoy, la Liga se acababa.
El conjunto catalán comenzaba a crear más ocasiones de peligro y se empezaba a intuir que llegaría el primer gol de los de Xavi. Así fue, con un golpeo de Gundogan poniendo el balón lejos del alcance de Jorgensen. Con el 1-2 en el marcador la remontada parecía posible y el Barcelona continuó el empuje, un empuje que dio sus frutos con un gol de Pedri que siempre marca cuando más lo necesitan los blaugrana.
Partido empatado en el minuto 67, tiempo de sobra para que el Barcelona pudiera finiquitar la obra, aunque la tarea se la resolvió contra su voluntad Bailly, quien marcó en propia puerta en un intento de despeje a saque de falta del conjunto catalán. No habían pasado ni veinte minutos desde el 0-2 del Villarreal y el Barcelona gobernaba el partido con un 3-2, de auténtica locura, gran remontada culé. Pero el partido no había acabado.
El encuentro ya estaba a esas alturas totalmente descontrolado. Ambos habían pagado unas deficiencias defensivas que llevan mostrando todo el año y al Barcelona le faltaba penar su falta de control y actitud en determinados escenarios que se dan durante los partidos.
El Villarreal renace para liquidar a los de Xavi
El Villarreal, lejos de rendirse pese a que le habían flojeado las piernas desde el gol de Gundogan y casi no conectaban tres pases, aprovechó la falta de lectura de partido culé. Los blaugrana seguían volcados y no supieron hacer la lectura de que era ahora cuando debían anestesiar el partido. Visto el histórico en este año del Barcelona era cuestión de tiempo que al Villarreal se le presentase alguna ocasión clara por error defensivo de los de Xavi. Y así fue, error grosero defensivo e Iñaki Peña se vio «vendido» ante un Guedes que anotó fácil.
Tablas de nuevo en el marcador a seis minutos del 90. El temblor de piernas se traspasó al conjunto catalán como si de un virus se tratara y el equipo se derrumbó definitivamente. Sorloth adelantaría de nuevo al Villarreal ya en el descuento del partido y para sellar el desastre catalán, Morales puso el 3-5 definitivo. El Barcelona acaba goleado en casa pese a haber realizado una remontada en veinte minutos, un resumen de lo que vienen mostrando este año. Capaces de lo mejor, capaces de lo peor.
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