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Comienzo de la segunda fase del torneo de la Euro, e Italia y Suiza eran los encargados de inaugurar los octavos de final. Suiza, siempre correosa, aguerrida, y en esta edición con un plantel de dilatada experiencia. Italia por su parte, con una azzurri bastante venida a menos en calidad sobre aquello a lo que nos tiene acostumbrados historicamente. Por tanto la cosa tenía todos los ingredientes de ser un partido trabado, tosco y que probablemente encontrara al vencedor más allá de los noventa minutos de rigor.
La primera parte comenzó bajo ese guión que se esperaba, apenas un par de acercamientos de los italianos y otro par de los suizos, pero carentes de peligro. Suiza manejaba el encuentro de una forma tan pausada que casi aburría. Los helvéticos llevaban el mando con extrema cautela, con obvio temor a Italia y sabedores que ellos en situación normal no deberían llevar el peso del encuentro.
La primera ocasión de peligro llegó en las botas de Embolo, que hizo lucirse a Donnarumma, quien sigue siendo en esta Eurocopa el mejor de Italia. Chiesa dio la réplica para los azzurri apenas cinco minutos después, pero las tablas seguían campeando en el electrónico.
Suiza rondaba el sesenta por ciento de posesión pese a que no era demasiado productiva y no le imprimía velocidad. Ante la inacción de Italia finalmente llegó el premio para los helvéticos, Vargas conectaba un pase al centro del área y Freuler tras un buen control mandaba el esférico a las redes poniendo el 1-0 para Suiza en el 37 ´ de la primera mitad. Rieder conectó un libre directo al borde del descanso que casi pone el segundo para Suiza, Donnarumma salvó realizando una de las mejores paradas de esta Euro.
Suiza apuntilla a una Italia irreconocible
La segunda parte comenzó con un shock para Italia, pues Suiza ponía el 2-0 en el marcador nada más comenzar la segunda parte. Vargas era el encargado de apuntillar a los azzurri con un golazo as estando un derechazo nada más ingresar en el área.
Con el 2-0 en el marcador Italia más por orgullo que por ideas intentó, tardíamente, despertar y ponerse a los mandos del encuentro. Pero las imprecisiones, poca técnica y carencia de idea futbolística seguía gobernando a la azzurra. Pese a ello, Italia iba teniendo más presencia en el área Suiza. Barella era cambiado e Italia pasó a jugar con dos nueves, Suiza por su parte también cambiaba esquema táctico cerrando mucho sus filas con cinco defensas.
Chiesa era el único brote verde de Italia pero a pesar de que llegaban algunas ocasiones, el gol se seguía resistiendo. Según se aproximaba el final del partido la apatía crecía en una Italia que finalmente quedó eliminada sin presentar siquiera batalla. Suiza ya espera en cuartos el rival que le llegará del Inglaterra – Eslovaquia.
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