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Carlos Alcaraz escribió el día de ayer una página dorada en la historia del tenis español al vencer a Novak Djokovic en la final de Wimbledon 2024, para así lograr su cuarto Grand Slam con tan solo 21 años y su segundo título consecutivo en Wimbledon.
Ayer fuimos testigos del tenis espectacular nuevamente de Carlitos, desde el All England Club, quien ejecuto su estrategia al pie de la letra, no solo jugando un tenis excepcional, sino destrozando a un Djokovic quien se vio con un nivel muy por debajo de lo esperado.
Recordemos que el serbio quien tiene menos de 40 días de una cirugía de rodilla, hizo todo para llegar a Wimbledon y increíblemente logro la hazaña de una nueva final.
Ataque implacable al servicio
Carlos Alcaraz presionó constantemente el servicio de Djokovic. Su agresividad en la devolución y la capacidad para capitalizar los puntos de quiebre fueron fundamentales. El primer set, que ganó por 6-2, estableció el ritmo del partido.
Cada vez que Djokovic intentaba dominar con su servicio, Alcaraz respondía con devoluciones precisas y profundas, obligándolo a jugar desde posiciones incómodas.
El servicio de Alcaraz fue otra arma clave, este aspecto del juego es fundamental contra un jugador como Djokovic, conocido por ser uno de los mejores, sino el mejor devolvedor del circuito. La habilidad de Alcaraz para ganar puntos gratis con su servicio y mantener a Djokovic en una posición defensiva le permitió controlar el ritmo del partido en momentos cruciales.
Juego en la red y puntos ganadores
Alcaraz demostró una gran habilidad en la red. Sus voleas precisas forzaron errores rápidos de Djokovic. La confianza para acercarse a la red marcó la diferencia.
También cada vez que el serbio subía a la red, Charlie encontraba la manera peculiar de hacer un passing shot dejando a todos deslumbrados del maravilloso tenis que estaba jugando Carlitos.
Una defensa sólida
Alcaraz defendió con agresividad desde el fondo, recuperando bolas difíciles y frustrando los intentos de Djokovic por cambiar el ritmo del partido. Su resistencia física y mental fue admirable.
Mentalidad de gladiador
A pesar de sus 21 años, Alcaraz mostró una confianza inquebrantable. No se dejó intimidar por el récord de Djokovic ni por la magnitud del escenario. No solo se le veía con una confianza inmensa, se le veía feliz y divirtiéndose, disfrutando de su tenis.
Este partido no sólo supone un paso del testigo en el tenis masculino, sino que también marca la llegada de Alcaraz como un jugador polivalente capaz de conquistar todas las superficies.
Ya habiendo ganado un Slam en todas las superficies, pista dura, polvo de ladrillo y nuevamente en césped.
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